miércoles, 1 de julio de 2015

Las Causas Generadoras de la Violencia - parteII -



Hoy recordamos al General Perón.
Un día 1 de julio de 1974 pasó a la inmortalidad. 
Lamentablemente quienes ún mantenemos la llama legada por el General, algo chamuscada por no estar acorde con lo que siempre le prometimos, la Patria Peronista.
Este mea culpa viene a cuento por que tenemos "copado" el Movimiento por el marxismo-leninismo, el mismo que Perón echó de la "Plaza" un 1º de Mayo de 1973  el bien llamado: "el día que Perón echó a los Montoneros de la Plaza".
Compañeros:  estamos en deuda con el general, con el movimiento y con la Patria. Lo único que aún queda con vida es el movimiento obrero, que con mucho esfuerzo viene sosteniendo el peronismo. En la República Argentina el obrero es peronista.

Las Causas Generadoras de la Violencia - parteII -En la entrada anterior publique la primera parte de una conferencia realizada por el Dr. Disandro. Quiero sañalar que el Dr. Carlos A. Disandro, escribe un ensayo titulado "ESTRATEGIA DE UN RÉGIMEN SINARQUICO. CONTRADICCIONES POLÍTICAS Y RÉGIMEN SINÁRQUICO". Documento que se termino el 18 de julio de 1966. 
Lugo escribe una misiva al General para ponerlo en conocimiento de dicho material. Perón agradece y valora este estudio y expresa su anhelo de que lo visite en Madrid.  Carta fechada el 30 de agosto de 1966.
Fueron testigos de esta reunió los compañeros Ing. Roberto Cruz, y Martín Sierra Albornoz, dirigente sindical de la Seccional Capital del Sindicato de Obreros Telefónicos.

Tengo ante mí vista una publicación de "LA HOSTERÍA VOLANTE. Órgano del pensar Americano para una cultura humanística y política Americana". Editada en La Plata en septiembre de 2008. 
En ella se lee una conferencia del Dr. Carlos Disandro dictada los días 18 y 27 de junio de 1974 (plena vigencia del gobierno constitucional, legal y legítimamente plebiscitado por el pueblo argentino), en la Escuela Superior de Policía de la Provincia de Buenos Aires.
II
Quizás sea oportuno que, en esta segunda clase, nos detuviéramos en el problema de la influencia de las instituciones educativas en el origen de la violencia; además podríamos examinar el modo en que cierta ideología enfoca este problema.
En la clase anterior ubicamos el problema de las instituciones educativas a nivel de ruptura del encuadramiento social que no permite el trasiego y la armonía generacional.
Ahora deberíamos considerar la diversa relación que va de padre a hijo, de maestro a alumno, en general de poder a subordinación en todas las formas de autoridad relacionada, es decir, donde hay un superior y hay un subordinado. Esta relación general aparece de modo primario en la familia, como explicábamos en el caso de la autoridad paterna sobre los hijos.
La ruptura que afecta a las instituciones educativas afecta también esta serie de relaciones que, desde la familia, alcanzan a toda sociedad y la connotan de un difuso estado conflictivo. Es este un panorama ostensible en todas las naciones occidentales.

Podríamos trazar un esquema:

AUTORIDAD -  SUBORDINACIÓN

Padre -  Hijo

Maestro -  Alumno

Médico -  Paciente

Párroc - o Feligrés

Dirigente -  Dirigido

El concepto central sería autoridad y el concepto correspondiente sería subordinación, con sus correlativas instancias que operarían a nivel de cualquier institución:
oficiales – tropa;
párroco – feligrés;
gerente – empleado;
capataz – obrero – dirigente – dirigido; etc.
Esta relación permite, como dijimos, el trasiego generacional desde la familia a todo el marco social.
La ruptura de este encuadramiento genera un desequilibrio. Ello ocurre en parte por multitud de causas ya señaladas y, en parte también, por el modo educativo.
En general, las ideologías que propugnan la violencia entienden que hay que quebrar la relación generacional de autoridad – subordinación; este enfoque de las ideologías revolucionarias esta expresado en muchos testimonios, en muchos trabajos. He traído uno de esos trabajos para comentar brevemente, que se refiere a la relación profesor – alumno.
Antes de hacer este comentario, me parece interesante destacar la influencia que tiene el médico en la ruptura del encuadramiento social. Sabemos que el médico pediatra afecta en cierto nivel la relación familiar. Tomemos el testimonio de un famoso pediatra de los Estados Unidos, que ha dirigido por treinta años la mayoría de los colegas de especialidad, con enorme influencia en la formación de los niños y, curiosamente, ha señalado que la orientación moderna de la pediatría es una de las causas más importantes de violencia contemporánea. Leo el testimonio tomado de un diario de Buenos Aires, que se titula Rectificado por la vida:
“Un famoso pediatra norteamericano logró en buena parte cimentar su prestigio al preconizar una determinada forma de trato a la niñez. El método consistía en no operar obstáculos al comportamiento del niño desde sus primeros días. Sostenía que tales represiones influyen en la formación de la personalidad y causa rebeldías, desobediencias y muchas cosas más en la época en que el niño llega a ser adolecente o alcanzar su madurez. La experiencia, muy abundante en su país, parece haber demostrado precisamente lo contrario, y el aludido pediatra ha tenido la valentía de reconocerlo públicamente. Es de lamentar el daño causado, que ha sido grande, porque la fama de su idoneidad en el campo pediátrico llevó a muchos padres a seguir al pie de la letra sus consejos con el triste resultado anotado. Conviene pues, que los hombres en condiciones de dictar conductas piensen muy serenamente la suya y mediten sobre soluciones aparentemente brillantes, pero en definitiva efectistas y nada más.
Es importante este comentario porque la noción que maneja el pediatra norteamericano es una noción contraria a la de la cultura – rompiendo el esquema de autoridad -, de tal manera que, frente a los niños se colocaba en la actitud de decir: “que se manifiesten como quieran, que sean lo que uno es, que su conducta no tenga ningún esquema represivo…”