jueves, 17 de abril de 2014

Ni Yanquis ni Marxistas ¡Peronistas!

Sigo publicando esta muy buena obra, y poniéndolo en conocimiento de los compañeros (si el autor no me lo prohíbe y espero que no, porque no encuentro el libro por ningún lado).
Como se sabe el motivo de este blog es mantener a los compañeros informados y que sepan que no están solos. he encontrado muchos apabullados por la catarata de surdo que con el sello del peronismo se adjudican títulos que no tienen. Por eso desde estas paginas no se" baja línea" la linea esta en los libros de Perón.
                                                                                               El peronometro

La tercera posición como síntesis dialéctica entre el liberalismo y el marxismo. (43)
En el contexto de la explicación de la filosofía de Hegel la expresión tríada dialéctica se utiliza para hacer referencia a la materialización ontológica de la dialéctica en forma de una concepción de la realidad como proceso circular desarrollado en tres momentos y movido por el principio de la contradicción. Esta tríada dialéctica refleja la realización dinámica de la razón absoluta, esto es, la Idea.

Esos tres momentos del proceso dialéctico se corresponden con las expresiones acuñadas por Fichte de  tesis, antítesis y síntesis:

El primer momento (tesis) se corresponde con el estar en sí. Es el momento de la posición abierta a la inmediatez y situada en la indeterminación: la revelación del aspecto abstracto que es accesible al entendimiento; el ser es visto como identidad, pero no en su totalidad.

Ocurre entonces que, haciendo uso de la razón, lo que está en sí sale de sí y se niega a sí mismo en lo otro, llegándose así al segundo momento (antítesis) que se corresponde con el ser para sí. Se produce la negación o contradicción del primer momento, provocándose una auto-escisión, una alienación u objetivación. El tercer momento (síntesis) se corresponde con el ser en y para sí: el Ser real, la Totalidad que ha sido alcanzada por la razón. Se produce la negación de la negación, llegándose a la superación (no a la negación de la antítesis) y, en definitiva, a la auto-reconciliación del ser. Esta síntesis, de inmediato, se vuelve a convertir en una tesis. (44)
Aplicados a la Idea, estos tres momentos se corresponden con otros tantos fundamentales: como Lógica (la Idea en sí y para sí misma); como Naturaleza (la Idea sale fuera de sí misma y se exterioriza); y como Espíritu (la Idea vuelve a recogerse en sí, retornando a sí misma).
Realizando un análisis dialéctico – hegeliano, si colocamos al liberalismo como tesis (en tanto cronológicamente afloró primero), y en la antítesis al marxismo (como negación del liberalismo), inexorablemente la Tercera Posición como concepto del Justicialismo recaba en una idea superadora en cuanto a síntesis.
La Tercera Posición no es resultado sustancial de la esencia liberal conciliada con la esencia marxista. Muy por el contrario, la Tercera Posición, es un concepto unívoco y sui generis que de ninguna manera es ni liberalismo ni marxismo.  De allí que cuando los trabajadores argentinos tradujeron al vulgo dicha concepción con la frase “Ni Yanquis Ni marxistas, ¡Peronistas!”, por tautología si se quiere, decimos que ser Peronista es no ser ni yanqui ni marxista, existiendo un deductivo distingo entre el Peronismo y el liberalismo y/o comunismo.
La Tercera Posición no es una concepción formulada originalmente por el Peronismo en sí, sino que tiene su raíz en la “Doctrina Social de la Iglesia” (en adelante DSI) de la cual el Justicialismo se nutre en tanto “filosofía de la vida, profundamente cristiana y profundamente humanista”.

La concepción del Socialismo en La Doctrina Social de la Iglesia
Sucintamente podemos sintetizar en tres razones fundamentales, por qué DSI y Socialismo son inexorable e incondicionalmente, filosofías y concepciones incompatibles:
1) Teoría de Evolución vs Creacionismo.
2) “El opio del Pueblo”: descripción de cómo describe el marxismo a la religión.
3) “Reclusión Mental”: En un país dominado por el socialismo, el ciudadano no tiene la libertad de escoger libremente en lo que quiere pensar, en lo que quiere creer, ya que es considerado delito creer algo fuera de la ideología socialista. Es precisamente esta libertad por la cual vela la Iglesia Católica. La condena al socialismo en las encíclicas papales son cuantiosas, entre las que destacamos: (45)
I. Pío IX, "Noscitis et Nobiscum", 1849 “Socialismo como Trastorno absoluto de todo orden humano":
"...tampoco desconocéis, Venerables Hermanos, que los principales autores de esta tan abominable intriga, no se proponen otra cosa que impulsar a los pueblos, agitados ya por toda clase de vientos de perversidad, al trastorno absoluto de todo orden humano de las cosas, ya entregarlos a los criminales sistemas del nuevo Socialismo y Comunismo"
II.León XIII, "Quod Apostolici Muneris", 1878. Socialismo como: Secta destructora de la sociedad civil
"...aquella secta de hombres que, bajo diversos y casi  bárbaros nombres de socialistas, comunistas o nihilistas, esparcidos por todo el orbe, y estrechamente coligados entre sí por inicua federación, ya no buscan su defensa en las tinieblas de sus ocultas reuniones, sino que, saliendo a pública luz, confiados y a cara descubierta, se empeñan en llevar a cabo el plan, que tiempo ha concibieron, de trastornar los fundamentos de toda sociedad civil. Estos son ciertamente los que, según atestiguan las divinas páginas, 'mancillan la carme, desprecian la dominación y blasfeman de la majestad' (Jdt. epist. v. 8)".
Secta pestífera.
"A todos, finalmente, es manifiesto con cuán graves palabras y cuánta firmeza y constancia de ánimo nuestro glorioso predecesor Pío IX, de f. m., ha combatido, ya en diversas alocuciones tenidas, ya en encíclicas dadas a los Obispos de todo el orbe, contra los inicuos intentos de las sectas, y señaladamente contra la peste del socialismo, que ya estaba naciendo de ellas”.
"Secta abominable:"
"Poned, además, sumo cuidado en que los hijos de la Iglesia católica no den su nombre a la abominable secta ni le hagan favor bajo ningún pretexto".
Planta siniestra
..."la Iglesia del Dios vivo, que es 'columna y fundamento de la verdad" (1 Tim. 2, 15), enseña aquellas doctrinas y preceptos con que se atiende de modo conveniente al bienestar y vida tranquila de la sociedad y se arranca de raíz la planta siniestra del  socialismo”.
Mortal pestilencia (46)
"Los comunistas, los socialistas y los nihilistas son una "mortal pestilencia que serpentea por las más íntimas entrañas de la sociedad humana y la conduce al peligro extremo de ruina".
Negación de las leyes humanas y divinas.
"Los socialistas, los comunistas y los nihilistas... nada dejan intacto o íntegro de lo que por las leyes humanas y divinas está sabiamente determinado para la seguridad y decoro de la vida".
El socialismo diverge diametralmente de la Religión Católica
"...aunque los socialistas, abusando del mismo Evangelio para engañar más fácilmente a los incautos, acostumbran a forzarlo adaptando (19) a sus intenciones, con todo hay tan grande diferencia entre sus perversos dogmas y la purísima doctrina de Cristo, que no puede ser mayor. Porque, '¿qué participación puede haber de la justicia con la iniquidad, o qué consorcio de la luz con las tinieblas?”
III. León XIII, "Diuturnum lllud", 1881
"Mal horrendo"
“...Comunismo, Socialismo y Nihilismo, horrendos males y casi muerte de la sociedad civil"
IV. León XIII,"Humanum Genus", 1884
"Ruina de todas las cosas"
"Porque suprimido el temor de Dios y el respeto a las leyes divinas, menospreciada la autoridad de los príncipes, consentida y legitimada la manía de las revoluciones, sueltas con la mayor licencia las pasiones populares, sin otro freno que el castigo, ha de seguirse necesariamente el trastorno y la ruina de todas las cosas. Y aun precisamente esta ruina y trastorno es lo que, a conciencia maquinan y expresamente proclaman unidas las masas de comunistas y socialistas.".
V. León XIII, "Libertas Praestantíssimum", 1888
Turba demoledora.
"...los socialistas y otras turbas de sediciosos, que porfiadamente maquinan por conmover hasta en sus cimientos las naciones"
VI. León XIII, "Graves de Communi", 1901               (47)
Enemigo de la sociedad y de la Religión
"...tenemos necesidad de corazones audaces y de fuerzas unidas, en una época en que lamies de dolores que se desenvuelve ante nuestros ojos es demasiado vasta, y en que se van acumulando sobre nuestras cabezas formidables peligros de perturbaciones ruinosas, en razón, principalmente, del poder creciente del socialismo. Esos socialistas se insinúan hábilmente en el corazón de la sociedad. En las tinieblas de sus reuniones secretas, a la luz del día, con la palabra y con la pluma, incitan las muchedumbres a la sedición; rechazada la disciplina de la religión, descuidan los deberes, exaltando solamente los derechos, y atraen a las multitudes de necesitados, de día en día más numerosos, que, por causa de las dificultades de la vida, son más fácilmente seducidos y arrastrados al error. Se trata al mismo tiempo de la sociedad y de la Religión. Todos los buenos ciudadanos deben tomar a pecho salvaguardar una y otra con honra."
Peligro para los bienes materiales, la moral y la Religión
"...era de Nuestro deber, advertir públicamente a los católicos sobre el grave error que se oculta bajo las teorías del socialismo y del gran peligro que de ahí resulta, no solo para los bienes exteriores de la vida, sino también para la integridad de las costumbres y para la Religión.".
VII. Concilio Vaticano II, Gaudium et Spes, 1965
"...Por este motivo hay que calificar de falsas tanto las doctrinas que se oponen a las reformas indispensables en nombre de una falsa libertad como las que sacrifican los derechos fundamentales de la persona y de los grupos en aras de la organización colectiva de la producción."
Socialismo cristiano, una contradicción
"Si acaso el socialismo, como todos los errores, tiene una parte de verdad (lo cual nunca han negado los Sumos Pontífices), el concepto de la sociedad que le es característico y sobre el cual descansa, es inconciliable con el verdadero cristianismo. Socialismo religioso, socialismo cristiano, son términos contradictorios; nadie puede al mismo tiempo ser buen católico y socialista verdadero"
La concepción del Liberalismo en la Doctrina Social de la Iglesia
Los Sumos Pontífices siempre han condenado al liberalismo, aseverando que no hay más libertad de conciencia que la de hacer el bien y evitar el mal. Santos Padres tales como (48) Pío IX, León XIII; San Pío X, Pío XI, y Pío XII, han condenado siempre a los liberales como los peores enemigos de la Iglesia, dado que alejaban a la gente, las familias y los Estados de Jesucristo. SS. León XIII condena al liberalismo en su encíclica LIBERTASPRAESTANTISSIMUM de 1888, que por su extensión se invita al lector a pasar vista particularmente.
Pero una influencia característica de la Tercera Posición Justicialista, a punto tal que fue citado reiteradamente por los Convencionales Constituyentes Peronistas de 1949, como Arturo Sampay entre otros, ha tenido la encíclica Quadragessimo Anno de 1931, de SS. Pio XI, que ha sido frecuentemente citada en la parte en que el documento papal advierte:
“Un poder inmenso y una despótica dominación económica están concentrados en manos de unos pocos. Este poder deviene particularmente irresistible cuando es ejercido por los que, controlando el dinero, gobiernan el crédito y determinan su concesión. Ellos suministran, por así decirlo, la sangre de todo el cuerpo económico, y la retiran cuando les conviene: como si estuviera en sus manos el alma de la producción de manera que nadie ose respirar contra su voluntad”.