Sigo publicando esta muy buena obra, y poniéndolo en conocimiento de los compañeros (si el autor no me lo prohíbe y espero que no, porque no encuentro el libro por ningún lado).
Como se sabe el motivo de este blog es mantener a los compañeros informados y que sepan que no están solos. he encontrado muchos apabullados por la catarata de surdo que con el sello del peronismo se adjudican títulos que no tienen. Por eso desde estas paginas no se" baja línea" la linea esta en los libros de Perón.
El peronometro
La tercera posición
como síntesis dialéctica entre el liberalismo y el marxismo. (43)
En el contexto de la explicación
de la filosofía de Hegel la expresión tríada dialéctica se utiliza para hacer
referencia a la materialización ontológica de la dialéctica en forma de una
concepción de la realidad como proceso circular desarrollado en tres momentos y
movido por el principio de la contradicción. Esta tríada dialéctica refleja la
realización dinámica de la razón absoluta, esto es, la Idea.
Esos tres momentos del proceso dialéctico
se corresponden con las expresiones acuñadas por Fichte de tesis, antítesis y síntesis:
El primer momento (tesis) se
corresponde con el estar en sí. Es el momento de la posición abierta a la
inmediatez y situada en la indeterminación: la revelación del aspecto abstracto
que es accesible al entendimiento; el ser es visto como identidad, pero no en
su totalidad.
Ocurre entonces que, haciendo uso
de la razón, lo que está en sí sale de sí y se niega a sí mismo en lo otro,
llegándose así al segundo momento (antítesis) que se corresponde con el ser
para sí. Se produce la negación o contradicción del primer momento, provocándose
una auto-escisión, una alienación u objetivación. El tercer momento (síntesis)
se corresponde con el ser en y para sí: el Ser real, la Totalidad que ha sido
alcanzada por la razón. Se produce la negación de la negación, llegándose a la
superación (no a la negación de la antítesis) y, en definitiva, a la
auto-reconciliación del ser. Esta síntesis, de inmediato, se vuelve a convertir
en una tesis. (44)
Aplicados a la Idea, estos tres
momentos se corresponden con otros tantos fundamentales: como Lógica (la Idea
en sí y para sí misma); como Naturaleza (la Idea sale fuera de sí misma y se
exterioriza); y como Espíritu (la Idea vuelve a recogerse en sí, retornando a
sí misma).
Realizando un análisis dialéctico
– hegeliano, si colocamos al liberalismo como tesis (en tanto cronológicamente
afloró primero), y en la antítesis al marxismo (como negación del liberalismo),
inexorablemente la Tercera Posición como concepto del Justicialismo recaba en
una idea superadora en cuanto a síntesis.
La Tercera Posición no es
resultado sustancial de la esencia liberal conciliada con la esencia marxista.
Muy por el contrario, la Tercera Posición, es un concepto unívoco y sui generis
que de ninguna manera es ni liberalismo ni marxismo. De allí que cuando los trabajadores argentinos
tradujeron al vulgo dicha concepción con la frase “Ni Yanquis Ni marxistas,
¡Peronistas!”, por tautología si se quiere, decimos que ser Peronista es no
ser ni yanqui ni marxista, existiendo un deductivo distingo entre el
Peronismo y el liberalismo y/o comunismo.
La Tercera Posición no es una
concepción formulada originalmente por el Peronismo en sí, sino que tiene su
raíz en la “Doctrina Social de la Iglesia” (en adelante DSI) de la cual el
Justicialismo se nutre en tanto “filosofía
de la vida, profundamente cristiana y profundamente humanista”.
La concepción del
Socialismo en La Doctrina Social de la Iglesia
Sucintamente podemos sintetizar
en tres razones fundamentales, por qué DSI y Socialismo son inexorable e
incondicionalmente, filosofías y concepciones incompatibles:
1) Teoría de Evolución vs
Creacionismo.
2) “El opio del Pueblo”:
descripción de cómo describe el marxismo a la religión.
3) “Reclusión Mental”: En un país
dominado por el socialismo, el ciudadano no tiene la libertad de escoger
libremente en lo que quiere pensar, en lo que quiere creer, ya que es
considerado delito creer algo fuera de la ideología socialista. Es precisamente
esta libertad por la cual vela la Iglesia Católica. La condena al socialismo en
las encíclicas papales son cuantiosas, entre las que destacamos: (45)
I. Pío IX,
"Noscitis et Nobiscum", 1849 “Socialismo
como Trastorno absoluto de todo orden humano":
"...tampoco desconocéis, Venerables Hermanos, que los principales
autores de esta tan abominable intriga, no se proponen otra cosa que impulsar a
los pueblos, agitados ya por toda clase de vientos de perversidad, al trastorno
absoluto de todo orden humano de las cosas, ya entregarlos a los criminales
sistemas del nuevo Socialismo y Comunismo"
II.León XIII, "Quod Apostolici Muneris",
1878. Socialismo como: Secta destructora de la sociedad civil
"...aquella secta de hombres que, bajo diversos y casi bárbaros nombres de socialistas, comunistas o
nihilistas, esparcidos por todo el orbe, y estrechamente coligados entre sí por
inicua federación, ya no buscan su defensa en las tinieblas de sus ocultas
reuniones, sino que, saliendo a pública luz, confiados y a cara descubierta, se
empeñan en llevar a cabo el plan, que tiempo ha concibieron, de trastornar los
fundamentos de toda sociedad civil. Estos son ciertamente los que, según
atestiguan las divinas páginas, 'mancillan la carme, desprecian la dominación y
blasfeman de la majestad' (Jdt. epist. v. 8)".
Secta pestífera.
"A todos, finalmente, es manifiesto con cuán graves palabras y
cuánta firmeza y constancia de ánimo nuestro glorioso predecesor Pío IX, de f.
m., ha combatido, ya en diversas alocuciones tenidas, ya en encíclicas dadas a
los Obispos de todo el orbe, contra los inicuos intentos de las sectas, y
señaladamente contra la peste del socialismo, que ya estaba naciendo de ellas”.
"Secta abominable:"
"Poned, además, sumo cuidado en que los hijos de la Iglesia
católica no den su nombre a la abominable secta ni le hagan favor bajo ningún
pretexto".
Planta siniestra
..."la Iglesia del Dios vivo, que es 'columna y fundamento de la
verdad" (1 Tim. 2, 15), enseña aquellas doctrinas y preceptos con que se
atiende de modo conveniente al bienestar y vida tranquila de la sociedad y
se arranca de raíz la planta siniestra del socialismo”.
Mortal pestilencia
(46)
"Los comunistas, los
socialistas y los nihilistas son una "mortal pestilencia que serpentea por
las más íntimas entrañas de la sociedad humana y la conduce al peligro extremo
de ruina".
Negación de las leyes humanas y divinas.
"Los socialistas, los
comunistas y los nihilistas... nada dejan intacto o íntegro de lo que por las
leyes humanas y divinas está sabiamente determinado para la seguridad y decoro
de la vida".
El socialismo diverge diametralmente de la Religión Católica
"...aunque los socialistas,
abusando del mismo Evangelio para engañar más fácilmente a los incautos,
acostumbran a forzarlo adaptando (19)
a sus intenciones, con todo hay tan grande diferencia entre sus perversos
dogmas y la purísima doctrina de Cristo, que no puede ser mayor. Porque, '¿qué
participación puede haber de la justicia con la iniquidad, o qué consorcio de
la luz con las tinieblas?”
III. León XIII,
"Diuturnum lllud", 1881
"Mal horrendo"
“...Comunismo, Socialismo y
Nihilismo, horrendos males y casi muerte de la sociedad civil"
IV. León
XIII,"Humanum Genus", 1884
"Ruina de todas las cosas"
"Porque suprimido el temor
de Dios y el respeto a las leyes divinas, menospreciada la autoridad de los
príncipes, consentida y legitimada la manía de las revoluciones, sueltas con la
mayor licencia las pasiones populares, sin otro freno que el castigo, ha de seguirse
necesariamente el trastorno y la ruina de todas las cosas. Y aun precisamente
esta ruina y trastorno es lo que, a conciencia maquinan y expresamente
proclaman unidas las masas de comunistas y socialistas.".
V. León XIII, "Libertas
Praestantíssimum", 1888
Turba demoledora.
"...los socialistas y otras
turbas de sediciosos, que porfiadamente maquinan por conmover hasta en sus
cimientos las naciones"
VI. León XIII,
"Graves de Communi", 1901 (47)
Enemigo de la sociedad y de la Religión
"...tenemos necesidad de corazones audaces y de fuerzas unidas, en
una época en que lamies de dolores que se desenvuelve ante nuestros ojos es
demasiado vasta, y en que se van acumulando sobre nuestras cabezas formidables
peligros de perturbaciones ruinosas, en razón, principalmente, del poder
creciente del socialismo. Esos socialistas se insinúan hábilmente en el
corazón de la sociedad. En las tinieblas de sus reuniones secretas, a la
luz del día, con la palabra y con la pluma, incitan las muchedumbres a
la sedición; rechazada la disciplina de la religión, descuidan los
deberes, exaltando solamente los derechos, y atraen a las multitudes de
necesitados, de día en día más numerosos, que, por causa de las dificultades de
la vida, son más fácilmente seducidos y arrastrados al error. Se trata al mismo
tiempo de la sociedad y de la Religión. Todos los buenos ciudadanos deben tomar
a pecho salvaguardar una y otra con honra."
Peligro para los bienes materiales, la moral y la Religión
"...era de Nuestro deber, advertir públicamente a los católicos
sobre el grave error que se oculta bajo las teorías del socialismo y del gran
peligro que de ahí resulta, no solo para los bienes exteriores de la vida, sino
también para la integridad de las costumbres y para la Religión.".
VII. Concilio Vaticano
II, Gaudium et Spes, 1965
"...Por este motivo hay que calificar de falsas tanto las
doctrinas que se oponen a las reformas indispensables en nombre de una falsa
libertad como las que sacrifican los derechos fundamentales de la persona y de
los grupos en aras de la organización colectiva de la producción."
Socialismo cristiano, una contradicción
"Si acaso el socialismo, como todos los errores, tiene una parte
de verdad (lo cual nunca han negado los Sumos Pontífices), el concepto de la
sociedad que le es característico y sobre el cual descansa, es inconciliable
con el verdadero cristianismo. Socialismo religioso, socialismo cristiano, son
términos contradictorios; nadie puede al mismo tiempo ser buen católico y
socialista verdadero"
La concepción del
Liberalismo en la Doctrina Social de la Iglesia
Los Sumos Pontífices siempre han
condenado al liberalismo, aseverando que no hay más libertad de conciencia que
la de hacer el bien y evitar el mal. Santos Padres tales como (48) Pío IX, León XIII; San Pío X, Pío XI, y Pío XII, han condenado
siempre a los liberales como los peores enemigos de la Iglesia, dado que
alejaban a la gente, las familias y los Estados de Jesucristo. SS. León XIII
condena al liberalismo en su encíclica LIBERTASPRAESTANTISSIMUM de 1888, que
por su extensión se invita al lector a pasar vista particularmente.
Pero una influencia
característica de la Tercera Posición Justicialista, a punto tal que fue citado
reiteradamente por los Convencionales Constituyentes Peronistas de 1949, como Arturo
Sampay entre otros, ha tenido la encíclica Quadragessimo Anno de 1931, de SS.
Pio XI, que ha sido frecuentemente citada en la parte en que el documento papal
advierte:
“Un poder inmenso y una despótica dominación económica están
concentrados en manos de unos pocos. Este poder deviene particularmente
irresistible cuando es ejercido por los que, controlando el dinero, gobiernan
el crédito y determinan su concesión. Ellos suministran, por así decirlo, la sangre
de todo el cuerpo económico, y la retiran cuando les conviene: como si
estuviera en sus manos el alma de la producción de manera que nadie ose
respirar contra su voluntad”.