jueves, 12 de junio de 2014

Ni Yanquis ni Marxistas¡ Peronistas!

Continúo con la publicación del excelente libro de Diego Mazzieri, es un correlato de una realidad que se va perdiendo, los viejos como yo que algo han vivido dentro del peronismo saben que es verdad y lo tienen que abalar porque esta lleno de verdades incluido los detalles. A los que no vivieron la época les digo que tengan la seguridad que son hechos reales y que los políticos de turno ocultan, porque nada han hacho por Perón y la consecuencia es que hoy tenemos un movimiento que ya es una caricatura copada por los intelectuales del marxismo, un partido que es una cascara vacía, para que los traficantes de los cargos políticos se sirvan del mismo y lucren con los cargos vacantes.
Ejemplo: Al secretario general de la Unión Obrera de la Construcción (UOCRA), Gerardo Martínez, lo conocí hace muchos años cebando mate a toda la dirigencia sindical. Luego coordino las charlas doctrinarias peronistas que se dieron en el sindicato con gran suceso. Principal alumno.
Que quedo de aquel "supuesto cuadro peronista"; nada: traficó y negocio primero su condición de "peronista" y luego prostituyó el sindicato, y hoy es un simple cordero que acata las directivas de sus superiores. Felicitaciones Gerardo.

Ni Yanquis ni Marxistas¡Peronista!-Diego Mazzieri: continuación -

Perón, el hombre del destino            (76)Pagina del original

Admirable era la capacidad visionaria a futuro, del entonces exiliado ex presidente Perón. A tan solo un año de su exilio, ya adelantaba todo lo que acaecería durante el futuro argentino, en una actitud sorprendentemente profética a no ser porque se correspondía con acertadas y lógicas sus explicaciones racionales. Pruebas al canto son las misivas mantenidas entre el General Perón y quien alguna vez fuera el confesor de la Señora Eva Duarte de Perón, el Padre Hernán Benítez.
En la carta signada en Caracas con fecha 6 de noviembre de 1956, Perón anticipó su propio destino y el de su movimiento. Casualmente, en esta carta están transcriptas las palabras que dos décadas después utilizaría Enrique Pavón Pereyra, quien calificaría a Perón en la biografía que él le hiciera, como “El Hombre del Destino”.
Decía Perón en sus líneas al sacerdote “… hoy estoy más convencido que nunca que no me equivoqué en mi vida, cuando la dediqué a servir a los humildes. Creo firmemente que el tener un ideal y servirlo, es la base de la felicidad, que se encuentra más en el sacrificio y el trabajo que en ninguna delas otras formas de satisfacción. Las horas, como los cántaros, cuando están vacías, no tienen valor alguno, pero, las horas como los cántaros, cuando se los llena, pueden llegar a tener un valor incalculable. Llenar las horas con un ideal es valorizar las horas. El hombre que no tiene un ideal para servir, no merece la vida, como no nace el hombre que escapa a su destino. Muchos grandes hombres han pasado desapercibidamente por la vida porque no tuvieron un ideal que servir y muchos pobres hombres fueron grandes porque sirvieron a ese ideal. Yo pertenezco a los segundos: un pobre hombre a quien una causa ha hecho grande, y ‘no se puede ser grande impunemente’. Ahora, es necesario saber soportar virilmente los golpes del destino. También gozar de la satisfacción que el alma proporciona.”
Los acertados vaticinios de Perón
Decíamos anteriormente que la misiva de marras era profética, puesto que ya Perón un año después de su exilio preveía que él volvería al país “renunciador, visionario, magnánimo y humilde”, y decía que lo vaticinaba “no por cálculo, sino por naturaleza y por costumbre” y porque ese era “su estado de ánimo”. Efectivamente en 1972, elexiliado volvía como “León Herbívoro”.
Asimismo en nueva carta al Padre Benítez, signada también en Caracas el 4 deseptiembre de 1957, Perón auguraba lo que serían dos realidades a futuro, ya sean los fraudes y artimañas electorales, como también las conductas y el destino de Frondizi. Decía Perón respecto a lo primero: “en cualquier elección se hará fraude”. “La dictadura (77) no puede ni quiere ofrecer al país sino una legalidad fraudulenta”.
También elinjustamente depuesto General preveía que se dejaría un gobierno “continuista” mediantecualquier procedimiento. “Lo hará por el fraude o la violencia, como lo ha hecho todohasta ahora (…) y si llama a elecciones hará fraude, y si aun mediando este arbitrio noconsiguiera imponer su voluntad, dará un nuevo golpe de estado gorila y tratará de perpetuarse”.
Más sorprendente era su premonición sobre el funesto futuro de Frondizi, que según Perón “nunca será aceptado por la dictadura, porque para ella él es peronista” y porque los peronistas “no lo pueden aceptar porque ha sido de la libertadura” Perón razonaba ello porque manifestaba que el jefe de la UCRI jugaba a dos puntas, una pretendiendo “robarle votos al Peronismo” y otra “mendigando su suerte a la dictadura para que lo dejen actuar”.
También en la carta al mismo destinatario fechada el 19 de mayo de 1957, el General Perón vaticinaba que las Fuerzas Armadas serían destruidas por el comunismo, el que “colgará” a los militares argentinos que “han sido tan torpes” que no comprendieron que él (Perón), quería salvarles el pescuezo. Haciendo un muy sucinto, pero acertado, análisis de la evolución del marxismo en el mundo, Juan Perón decía que en el Siglo XXI las “democracias imperialistas” serían reemplazadas por “democracias populares”, y que a estas últimas o las harían los justicialistas, o las harán los comunistas. Lamentablemente no solo para los destinos del Peronismo sino también para los de la Nación, gracias a la acción de los militares liberales incomprensivos (que cuando no han sido cómplices, les fueron serviles), efectivamente esas “democracias populares” las han realizado los marxistas, en lo que desde 1983 dieron en llamar con el vacío concepto de “progresismo”.
Otro de los aciertos de Perón, fue su también acertado análisis de los destinos de la iglesia, la cual según el líder, “esta no escapará a la suerte de los oligarcas y capitalistas con quienes prefirieron estar, abandonando al pueblo (…), y con tal de atacar al Peronismo que tenía una doctrina basada en filosofías cristianas, enceguecidos en su gorilismo se han unido a la propia masonería, los cuales nunca pueden ser aliados de la iglesia ni siquiera tácticamente, porque la una busca destruir a la otra. Pretendieron destruir al Peronismo y ahora se están destruyendo a ellos.”
Los verdaderos oportunistas demagogos
Acusar a Perón bravatamente de “oportunista” y “enfermo de poder”, linda lo risible. Primero porque el discurso es el propio de un infante de cinco años, a quien como no le gusta perder el juego según las reglas, crea sus propias reglas en base a la porfía y achacándole al contrincante la trampa que el perdidoso ha cometido. Segundo, porque hablar de “oportunismo” no era convincente viniendo de seres acólitos de gobiernos que (78) no estaban legitimados por la mayoría del pueblo argentino (sentencia refrendada en los hechos electorales), y que gobernaban “manu militari” y “manu sanguis”. Tercero porque si el Peronismo pecó de demagogia, todo antecedente del derrocado gobierno, era canonizable en relación a decretos como el 4161, la destrucción de la Fundación Eva Perón y de gran parte del patrimonio cultural y social de la Nación, ni que hablar de los fusilamientos.
Desde el exilio Perón siempre estuvo dispuesto al diálogo con sus enemigos (porque los sucesivos gobiernos post ´55 no eran meros adversarios como Perón definiría a los partidos opositores del retorno a la democracia en 1973, dado que los primeros abiertamente calificaban como enemigo al derrocado Presidente Perón). Todos ellos se comportaban más como oportunistas que el propio Perón. Frondizi fue una palpable prueba al canto, puesto que negocia con Perón un pacto electoral, y luego de obtenida la presidencia el primero no cumple con las contraprestaciones exigidas por el segundo, traicionando las cláusulas políticas convenidas. ¿Acaso no hizo lo mismo Alfonsín con su frase “ganamos nosotros, gobernamos nosotros”; defecándose en los acuerdos con el PJ durante 1982?
Por otra parte, uno de los más ejemplificativos personajes que acusaba a Perón de vil oportunista, fue quien con sus actitudes demostraba ver la paja en el ojo ajeno sin ver la viga en el propio: El General Alejandro Agustín Lanusse, y todo el de facto gobierno dela Revolución Argentina anterior. (Haciendo un análisis toponomástico, nótese que los golpes de estado en Argentina, tenían denominaciones totalmente paradójicas a lo que verdaderamente terminaron siendo: “La Revolución del Civismo de 1930”, “La Revolución Libertadora de 1955”, “La Revolución Argentina de 1966”, “El Proceso de Reorganización Nacional de 1976”. Cierto es que el único golpe de estado que cumplió con los genuinos propósitos expresados en sus proclamas, fue el del 4 de junio de 1943, pero casualmente a este no se lo conoce por ningún nombre en particular, salvo como “El golpe de 1943”).
Veamos la actitud de estos representantes de las Fuerzas Armadas (armadas por el extranjero y para el extranjero) y de sus civiles lacayos…